- Me duele.
- ¿El qué? ¿Qué pasa?
- Tú me dueles, tú eres lo que me pasa.
- ¿Te molesta verme? Si es eso, ya me voy…
- No. Me molesta cuando no estás, me duele verte ahora… darme cuenta que ya te has ido y que además no ha sido conmigo. Me entristece quererlo todo y nada contigo, me he pasado noches enteras intentando encontrar una manera de hacernos funcionar, sabes? Pero tu respuesta siempre era que no, que tú y yo, yo y tú éramos una combinación imposible, que no podía ser. No sabes cuánto daño me hace saber que necesito verte y que tu solo necesitas que me aleje. Me importas mucho, más de lo que te esperas. ¿Te acuerdas cuando me dijiste…
¿Qué es esa macha que ha salido en el techo? ¿Humedad? Ay, no…qué pereza tener que pintar otra vez… a ver, céntrate, ¿qué le vas a decir? Mm… puedo recordarle cuando me dijo que tenía miedo de enamorarse de mí y que no quería que le hiciera daño, lo que me reí… pobrecillo, él ahí de pie y yo prometiéndole que yo no me enamoraría nunca de él, como no lo pude ver venir… y ahora queriéndole sin él. Vale, eso no se lo puedes recordar porque acabaras diciendo te quiero. ¡Qué difícil! ¿Cómo le digo te quiero sin decirlo? ¿Le quiero? ¿En serio? Es peor de lo que pensaba. Odio conversar con mi cabeza. Bueno, ya puestos, ¿qué quieres? A él. Quiero comerle a besos, quiero que me haga reír todos los días, quiero hacerle llorar de risa, quiero que no sea capaz de levantarme la vista, quiero ser su inspiración y que él sea la mía, quiero ser su amiga y más que eso, quiero que pueda contar conmigo y yo con él, quiero despertarme a su lado, quiero dormirme y que lo último que haya visto sea su cara, quiero oír su voz al despertar y que me cuente… mentiras. Esto no va a ninguna parte, todo lo que te ha dicho han sido mentiras. No, todo no, no puede ser. Lo es. ¿Y tú qué sabes? … Vale, eres mi cabeza, pero no puede ser, algo tenía que ser verdad. Sus “hola”, quizás? Eso es cruel. La verdad es cruel, por qué sino crees no te habla. No lo sé. ¿Qué le exigiste? Le dije que prefería que no me dirigiera una sola palabra antes que esas fueran mentiras. ¿Y qué te dice? Nada. Ahí lo tienes. ¿Qué hago ahora? Nada, con él nada. Pero yo quiero… quiero un tu y yo, pero me fallas tú. Me amo y tú no.
- ¿El qué? ¿Qué pasa?
- Tú me dueles, tú eres lo que me pasa.
- ¿Te molesta verme? Si es eso, ya me voy…
- No. Me molesta cuando no estás, me duele verte ahora… darme cuenta que ya te has ido y que además no ha sido conmigo. Me entristece quererlo todo y nada contigo, me he pasado noches enteras intentando encontrar una manera de hacernos funcionar, sabes? Pero tu respuesta siempre era que no, que tú y yo, yo y tú éramos una combinación imposible, que no podía ser. No sabes cuánto daño me hace saber que necesito verte y que tu solo necesitas que me aleje. Me importas mucho, más de lo que te esperas. ¿Te acuerdas cuando me dijiste…
¿Qué es esa macha que ha salido en el techo? ¿Humedad? Ay, no…qué pereza tener que pintar otra vez… a ver, céntrate, ¿qué le vas a decir? Mm… puedo recordarle cuando me dijo que tenía miedo de enamorarse de mí y que no quería que le hiciera daño, lo que me reí… pobrecillo, él ahí de pie y yo prometiéndole que yo no me enamoraría nunca de él, como no lo pude ver venir… y ahora queriéndole sin él. Vale, eso no se lo puedes recordar porque acabaras diciendo te quiero. ¡Qué difícil! ¿Cómo le digo te quiero sin decirlo? ¿Le quiero? ¿En serio? Es peor de lo que pensaba. Odio conversar con mi cabeza. Bueno, ya puestos, ¿qué quieres? A él. Quiero comerle a besos, quiero que me haga reír todos los días, quiero hacerle llorar de risa, quiero que no sea capaz de levantarme la vista, quiero ser su inspiración y que él sea la mía, quiero ser su amiga y más que eso, quiero que pueda contar conmigo y yo con él, quiero despertarme a su lado, quiero dormirme y que lo último que haya visto sea su cara, quiero oír su voz al despertar y que me cuente… mentiras. Esto no va a ninguna parte, todo lo que te ha dicho han sido mentiras. No, todo no, no puede ser. Lo es. ¿Y tú qué sabes? … Vale, eres mi cabeza, pero no puede ser, algo tenía que ser verdad. Sus “hola”, quizás? Eso es cruel. La verdad es cruel, por qué sino crees no te habla. No lo sé. ¿Qué le exigiste? Le dije que prefería que no me dirigiera una sola palabra antes que esas fueran mentiras. ¿Y qué te dice? Nada. Ahí lo tienes. ¿Qué hago ahora? Nada, con él nada. Pero yo quiero… quiero un tu y yo, pero me fallas tú. Me amo y tú no.